El equipo de Play Your Brand nos contactó para dar soporte técnico y añadir funcionalidades a FlitCut, un CRM desarrollado por ellos mismos. Sin embargo, pronto empezamos a detectar serios problemas en la arquitectura. La aplicación resultaba lenta e inestable, la experiencia de usuario era confusa y a menudo el sistema no respondía como debía. En consecuencia, implementar cualquier cambio era complejo, costoso e imprevisible.
El CRM FlitCut era una pieza clave en su operación diaria y la base para el crecimiento futuro del negocio. La ambición del equipo era alta: querían abrir el sistema a sus clientes, mejorar su flujo de trabajo interno e incluso evolucionar la plataforma hacia un SaaS. Pero nada de eso era posible sobre la base actual; la brecha entre lo que el CRM era y lo que debería ser crecía cada día.
El problema
El problema no sólo era una lista larga de incidencias técnicas; era la sensación de que el producto había perdido el rumbo.
Introducir nuevas funcionalidades era extremadamente complejo y desencadenaba nuevos errores debido al estado del código: lógica de negocio duplicada, complejidad innecesaria y dependencias internas que hacían que todo fuera inestable. Cada ajuste abría la puerta a nuevos conflictos; era mover una pieza y ver cómo todo el sistema empezaba a tambalearse.
La experiencia de usuario tampoco ayudaba: pantallas y formularios duplicados, flujos de trabajo largos y poco intuitivos, respuestas del sistema muy lentas. Todo esto generaba en el equipo una sensación de fragilidad, perdida de tiempo y frustración. Para los clientes externos con acceso al CRM, éste era prácticamente inutilizable.
En una llamada con Albert, CEO y Product Owner, pusimos sobre la mesa la realidad del sistema. Explicamos que seguir manteniendo esta base sería ineficiente, nada rentable e imposibilitaba el crecimiento. Era necesario una reescritura estratégica del CRM, pensada para durar y evolucionar.